Taberna Los Gallos. Un pedacito canario en el corazón de Madrid.

La taberna Los Gallos es ya un clásico en la capital, ubicado en una de las mejores zonas de restauración de Madrid, concretamente en el Callejón de Puigcerdà, colindante con la famosa calle de Jorge Juan. Una zona muy concurrida por la jet set madrileña y con un ambiente non-stop. Si vas en finde alucinarás con el ambiente.

Desde el año 2011 La Taberna Los Gallos lleva dando guerra, lo que antiguamente era una vieja casa, se restauró y ahora cuenta con una cuidada decoración, y dos amplias terrazas, una de ellas a pie de calle y otra en el ático, en definitiva un espacio para el disfrute de cualquier tipo de público.

La cocina de Los Gallos es de corte tradicional con ciertos toques canarios en honor a uno de sus propietarios, Pepe Caldas. No obstante saben adaptarse a los tiempos dando un toque moderno a los platos de siempre.

Nosotros probamos varios de sus platos al centro, para compartir como siempre y poder degustar la mayor cantidad posible.

Comenzamos con un Queso majorero a la plancha con miel de Palma que hizo las delicias de todos los comensales. Si hay una cosa que gusta a (casi) todo el mundo es el queso fundido y este con el dulzor de la miel y el toque de plancha es un exito asegurado. Acompañando al queso vinieron los Chipirones a la andaluza, con un buen rebozado y sabor, fue otro entrante perfecto.

Seguimos con un plato que si a priori no tiene una vista llamativa, en cuanto al sabor nos sorprendió mucho, es el Mayoral, lascas de solomillo con rúcula y queso. Muy rico. A esto le acompañó unas Papas arrugadas con mojo picón, uno de los clásicos canarios que no pueden faltar.

El plato estrella de la velada llegó con el Steak tartar, con un toque picante que puedes pedir al gusto, se sirve con patatas fritas y un helado de mostaza.

En el apartado de postres me sorprendió su versión de la tarta de queso, en este caso era como una crema de queso, muy sutil, con un sabor muy agradable y adictivo. Se servía en el fondo con un crumble de galleta que lo acompañaba a la perfección. Un final muy feliz.